Cuando se habla de materiales manipulativos o de juegos para aprender matemáticas a menudo se sobreentiende que son recursos adecuados para las primeras edades. De hecho, muchas veces ya en primaria los niños y las niñas tienen pocos recursos manipulativos en clase por lo que ya desde los siete u ocho años las matemáticas se presentan ante ellos como algo difícil de entender, aburrido y repetitivo.
Si en la primaria nos encontramos con pocos o ningún material manipulativo, no digamos en la etapa de secundaria. Pareciera que tocar, construir y jugar con elementos tangibles no es una cosa seria. Así, el que quiere aprender matemáticas (o mejor dicho, aprobar matemáticas) tiene que ser una persona tocada con el gen matemático y con una gran disposición a asimilar nombres, propiedades y algoritmos. Recetas y más recetas.
«…cuando se comparte dinero, queda la mitad del dinero; cuando se comparte conocimiento, queda el DOBLE»
Sin embargo, son muchos los matemáticos y pedagogos que han enfatizado en la necesidad de aprender haciendo, manipulando y jugando. Nombrarlos a todos sería imposible pero podría citar a algunos de los más cercanos (y los que yo recuerdo con poco esfuerzo) como María Montessori, Pere Puig Adam, Miguel de Guzmán, Claudi Alsina o Maria Antònia Canals. Ellos han intentado difundir la idea, muy fundamentada, de que los recursos manipulativos y los juegos, bien elegidos, son una pieza clave en el aprendizaje de las matemáticas.
Las matemáticas son fundamentales para la vida porque su comprensión permitirá a los pequeños estudiar en el futuro algunas de las carreras con mayor número de salidas. No es fácil aprender a resolver ejercicios, pero es mucho más divertido cuando las matemáticas se aprenden jugando.
Hoy os proponemos una serie de juegos y maquetas muy sencillas de fabricar y con materiales que normalmente tenemos a manos, como fieltro, pinzas de la ropa, cuentas, legos, etc.