Las relaciones entre los hermanos, por muy buena relación que mantengan, no siempre son idílicas. Se puede producir algún roce, pelea o problemática en el comportamiento entre hermanos.
En la mayoría de ocasiones las peleas entre hermanos no son consecuencia de un problema, simplemente son normales dentro de la conducta infantil. Con el paso del tiempo las peleas van disminuyendo para comportarse de forma más correcta.
Las peleas entre hermanos dentro de lo normal, permiten que el niño pueda aprender habilidades de afrontamiento al problema y resolución de conflictos, de esta forma aprenden a resolver sus problemas y ello hace que adquieran mayor independencia.
Se producen más cantidad de peleas cuando la diferencia de edad no supera los cinco años. En la mayoría de ocasiones se producen por celos o por un intento de llamar la atención. El motivo de discusión mayormente suele ser simple y se puede identificar si los padres observan cuándo se produce el conflicto y quien lo inicia, una vez identificamos el motivo se puede trabajar con ellos para evitarlo.
¿Qué podemos hacer como padres?
- ¿Intervenir? Aunque hay dos escuelas, la intervencionista y la “déjalos que se maten”, hay que parar cualquier pelea si alguno de los niños puede sufrir algún daño físico importante (los daños morales son más difíciles de parar…)
- Tratar a los hijos por igual, que no es lo mismo que no intervenir. Es importante que no haya preferencias por parte de los padres hacia ninguno de los hijos, ni siquiera hacia el más débil, ni cargar las tintas contra el que ha comenzado la bronca.
- Escuchar atentamente las razones de ambas partes, analizarlas serenamente y ayudar a cada parte a comprender a la parte contraria. Si hay que dar la razón a uno de ellos, hacerlo intentando que el otro no se sienta herido (ni que el “vencedor” se regodee).
- Evitar comparar los caracteres, las actitudes y las habilidades de nuestros hijos. Cada uno es distinto, y en nada favorecen esas odiosas comparaciones a las buenas relaciones entre hermanos.
¿Qué podemos hacer en el momento del conflicto?
Si se está produciendo daño entre ellos separar a los niños e intervenir. Pero si se trata tan solo de una disputa:
- No apresurarse
- Validar los sentimientos, reconocer su enfado.
- Tratar de escuchar a cada uno sin hacer juicios tratando de reflexionar sobre lo sucedido.
- Describir el problema.
- Darles la oportunidad de que intenten resolverlo por ellos mismos.
- Marcharse.
Podemos educar a nuestros hijos para que sepan tomar decisiones y resolver conflictos sin necesidad de tener siempre nuestra presencia. Encontrar soluciones democráticas en el hogar, confiar en su capacidad y dejar de tirar juguetes a la basura (por la cuenta que nos trae). Hay que practicar, a la par que tomamos conciencia de que no todo funciona siempre.
Además de seguir los consejos anteriores para tratar de gestionar las peleas entre tus hijos, toma nota a esta serie de cosas que es importante que NO hagas para propiciar que con el tiempo las peleas no vayan en aumento o simplemente que no se gestionen de manera adecuada.
- Perder la paciencia y actuar o decirles cosas de manera impulsiva.
- Decirles simplemente que dejen de estar peleando.
- Tratar de convencerlos para que estén tranquilos y vuelvan a jugar con normalidad.
- Decirles lo mal que te sientes cada vez que ellos pelean y que el hecho de que lo hagan puede traerte graves consecuencias como enfermarte, que “te de un infarto”, entre otro tipo de cosas que les inventan los padres a los hijos a causa de la frustración que sienten en ese momento.
- Juzgar a alguno de ellos y hacerlo quedar como el culpable.
- Decirles que si se pelean ya no los vas a querer.