La capacidad de mantener la atención en una actividad es un factor clave para el aprendizaje y para garantizar un buen rendimiento académico.

Cualquier proceso de aprendizaje o de adquisición de conocimientos, requiere de un estado de concentración que supone mantener la atención focalizada durante el tiempo necesario.

En los niños, el nivel de atención se va desarrollando con los años. Es una capacidad que necesita un entrenamiento para conseguir alcanzar un nivel óptimo.

Si has observado que tu hijo

  • se distrae con facilidad
  • cuando le hablas parece que no te escuche
  • deja los dibujos y otras tareas sin terminar
  • realiza cualquier actividad de forma rápida y sin importarle mucho el resultado
  • necesita cambiar de actividad cada poco tiempo

Juegos y ejercicios para desarrollar la capacidad de concentración:

  1. Seguir la aguja del reloj: como si de un juego se tratase, procura seguir las agujas del reloj el máximo de tiempo posible. Es un ejercicio sencillo y que se puede practicar estés donde estés.
  2. Aislar sonidos: a primera vista parece fácil, pero no lo es. El primer paso hacia la concentración es saber aislarse del murmullo constante que nos rodea. Si consigues vaciar tu mente y escuchar únicamente el sonido que has escogido aislar, será más sencillo que cuando estudies solo oigas tus pensamientos.
  3. Sopas de letras: es el claro ejemplo de arrinconar el ruido y las distracciones para centrarse en un objetivo, en este caso, las palabras. Esta lección se puede aplicar tanto al estudio como al trabajo.
  4. Sudokus: son ejercicios de estimulación mental, como los crucigramas, que funcionan en el cerebro como la actividad física en el cuerpo. Entre sus beneficios mentales, la estimulación de la lógica, la memoria y el razonamiento, y el entrenamiento de la capacidad de concentración.
  5. Copiar dibujos y dibujos con números: para dibujar se necesita estar presente y prestar atención. Hay que estar en el mundo que te rodea y ser consciente de tu entorno interno y externo. Este proceso exige un grado de concentración comparable al que necesitas cuando estudias. En el caso de los dibujos con números, la dificultad se encuentra en seguir los números sin descontarse, mientras se tiene una visión global y de conjunto del dibujo que se va creando poco a poco a medida que se unen los puntos.

  6. Rompecabezas: jugar con a ordenar sus piezas, hacen que te fijes en ellas, las observes y analices comparándolas con el resto para ver dónde encajan según su forma, color, dibujo. Además, si no tienes delante el modelo que se tiene que construir, los puzzles ejercitan la memoria visual.
  7. Memory o juegos de parejas: como bien su nombre indica, en estos juegos es imprescindible contar con una buena memoria para poder obtener el máximo de parejas. Ganarás si consigues concentrarte en las cartas que han levantado tus contrincantes y recordar que dibujo o palabra había debajo.
  8. Buscar diferencias: esta actividad requiere de una atención especial a los pequeños detalles para poder detectar las diferencias. Cuando te enfrentas a este tipo de pruebas, fijarte en toda la imagen no te ayudará, debes despiezarla y dividirla en sectores más pequeños.
  9. Juegos de mesa: La mayoría de juegos de mesa exigen planificar una estrategia y saber improvisar según los pasos que dan tus contrincantes. Por tanto, es importante mantener la mente alerta.
  10. Juegos de construcción: tienen un gran valor educativo ya que favorecen el desarrollo motriz y trabajan y mejoran la coordinación ojo-mano. Además, aumentan la inteligencia, la creatividad y la concentración del niño.

Fuente:  Aula planeta