Los malos comportamientos de las niñas y niños pueden convertirse en un problema importante para padres y madres. En muchas ocasiones, el mal comportamiento nuestros hijos, desespera y en otras ocasiones no sabemos cómo manejar la situación. Cómo manejar el mal comportamiento infantil se convierte en una tarea complicada para la mayoría de las familias.
Curiosamente muchos de estos niños tienen un comportamiento normal fuera del hogar, y los padres se sorprenden cuando el profesorado les dice que sus hijos aceptan las normas de clase y se relacionan bien con sus compañeros.
Las conductas inadecuadas de bastantes de estos niños están relacionadas con el hecho de que los padres han accedido continuamente a los deseos de los niños, les han sobreprotegido y no han establecido los límites y las normas procedentes. Sabemos que los niños necesitan unos límites y la responsabilidad de establecerlos en casa corresponde a los padres. Y en los casos en los que éstos no los hayan puesto cuando correspondía, precisarán de orientaciones o de algún apoyo externo para reconducir la situación.
Causas que explican el mal comportamiento
- Necesidades básicas. La mayoría de niños son activos por naturaleza y no podemos esperar que disfruten de estar encerrados en casa mucho tiempo. Necesitan realizar ejercicio físico y estar en contacto con el medio ambiente. También, una comida muy atrasada o la alteración del ciclo del sueño pueden ser propiciadores perfectos de una rabieta.
- Causas médicas o farmacológicas. A veces, no es que el niño se esté portando mal, sino que está enfermo o no se encuentra bien y, al no poder comunicarlo con palabras, manifiesta malestar, distrés o irritabilidad debido a algún problema orgánico. También puede darse el caso de que se trate de una mala reacción farmacológica. Asegúrate siempre de consultar con el pediatra la medicación a administrar.
- Factores biológicos. Se ha demostrado una alta correlación entre los factores biológicos (género, los factores pre y perinatales, y bioquímicos, la dieta, etc.) y el desarrollo de trastornos del comportamiento perturbador. Sin embargo, esta relación resulta bastante imprecisa al estar relacionada con otros muchos trastornos psicopatológicos y no se podría establecer claramente una relación de causa-efecto.
- Factores personales. Más relación parece existir entre los trastornos del comportamiento perturbador y algunos aspectos de la personalidad (temperamento difícil, neuroticismo y extraversión, impulsividad, búsqueda de sensaciones, inestabilidad afectiva), cognitivas (dificultad en la solución de problemas, baja capacidad verbal, atribuciones y distorsiones cognitivas), dificultades en las habilidades sociales y pobre empatía, baja autoestima, bajo rendimiento escolar y otros trastornos asociados (déficit de atención, trastorno de autocontrol de impulsos, etc.).
- Factores familiares.Los factores familiares influyen fuertemente en el mantenimiento de los trastornos graves del comportamiento. La familia es el grupo de referencia, por excelencia. para el niño y donde se transmiten las normas, valores, actitudes y conductas.Algunas de las variables que se pueden incluir aquí son las siguientes: psicopatología de los padres (alcoholismo, drogadicción, conducta antisocial, depresión de la madre), familias desestructuradas (pérdida de uno de los padres, conflictos graves de pareja), estilos educativos (falta de supervisión, utilización excesiva de medios punitivos, mala calidad de las relaciones).
Soluciones.
Modula la estimulación que recibe el niño
- Un ambiente demasiado cargado de estímulos (ruido, luces, actividad excesiva, etc.) puede sobrepasar la capacidad de los niños para afrontarlos, crear confusión y dar lugar a la manifestación de signos de sobreexcitación y ansiedad.
- Por otro lado, una estimulación muy baja puede generar aburrimiento. Actividades como hacer trámites con los padres o ir de compras pueden ser un gran fastidio para un niño. En estos casos, es normal que el pequeño reaccione de modos que podríamos calificar como “mal comportamiento”, ya que su umbral de paciencia y tolerancia a la inactividad no es el mismo que el nuestro.
- ¿Está el chico cansado, muy aburrido o tiene hambre?
- ¿Tendrá algún problema médico o le estará sentando mal la medicación?
- ¿Se le explicó y enseñó cómo debía comportarse en esta situación?
- ¿Estoy esperando el comportamiento que es adecuado para su edad y etapa de crecimiento?
- ¿Está sobreestimulado o, todo lo contrario, muy poco?